Cuando éramos estudiantes organizábamos fiestas que le decíamos pachangueadas, asaltos o milongueadas; llevábamos guitarra, bombo, un tocadiscos, sanguchitos, gaseosas y a la una de la mañana, todos a sus casas; el fin era recaudar fondos para la excursión de fin de curso, de todos, a San Pedro o al Cadillal. Los tiempos pasaron y cambiaron; los chicos de hoy van a Bariloche, Europa o Norteamérica -los que pueden y los otros quedan mirando o se conforman con ir a Córdoba-. Antes no existían las Semanas del Colegio, las cenas de egresados ni el último invento, los famosos UPD. ¿Qué? Sí: celebran el Último Primer Día de clases, consistente en abundantes bebidas blancas de distinto color y sabor,  baile y “joda” durante toda la noche y en esas condiciones concurren a sus colegios. A los padres les aconsejo que busquen el significado de la palabra “joder”. Nuestros padres también tenían sus códigos  y cuando terminábamos la secundaria la frase infaltable era SET, que traducido al castellano significaba “Seguís Estudiando o a Trabajar”. Como existe plena libertad para todo, esperemos que a los niñitos de jardín no se les dé por celebrar y recordar los llantos y berrinches del primer día de clase, aunque los asista el derecho.

Francisco Amable Díaz

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